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Guía básica para la comunicación en lengua de signos catalana

2.4. Los articuladores en lengua de signos

En todas las lenguas encontramos articuladores activos y articuladores pasivos. En las lenguas orales, los articuladores activos son los labios, la lengua y el velo del paladar, y los articuladores pasivos, es decir, los que no se mueven, son los dientes, los alvéolos y el paladar (duro).

En lengua de signos, hay signos que se pueden hacer con las dos extremidades o con una. Veamos un ejemplo de signo monomanual y practiquémoslo:

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La diferencia entre los articuladores activos y pasivos la encontramos cuando los signos se hacen con las extremidades, aunque no siempre. Esta distinción en los signos bimanuales la aplicaremos según la condición de simetría o la condición de dominancia.

La condición de simetría se manifiesta en los signos bimanuales, en que ambos articuladores (manos y/o brazos) se mueven. En este tipo de signos, la configuración y el movimiento de los articuladores son iguales y simétricos. Veamos un ejemplo y practiquémoslo:

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La condición de dominancia se manifiesta cuando hacemos un signo bimanual, pero una de las extremidades permanece fija y la otra se mueve. La mano que se mueve recibe el nombre de mano dominante y la mano que no se mueve se nombra mano no-dominante. Normalmente, coincide que las personas diestras, que a la hora de escribir utilizan la mano derecha, tienen como mano dominante esta mano y las zurdas tienen como dominante la izquierda. La configuración y la orientación de cada una de las manos, en este caso, son diferentes. Veamos un par de ejemplos y practiquémoslos:

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