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Guía básica para la comunicación en lengua de signos catalana

2.5. El alfabeto dactilológico

El alfabeto dactilológico es un tipo de abecedario que se utiliza con la modalidad signada y consiste en representar manualmente el sistema de escritura correspondiente a la lengua hablada del territorio donde se signa. Se representan las grafías que corresponden a los sonidos y también se pueden representar sonidos diacríticos, los tildes, los dos puntos, etc. También hay signos para representar todo el sistema de puntuación completo. Sin embargo, nosotros, nos centraremos únicamente en las grafías de la A a la Z.

El origen del alfabeto dactilológico está estrechamente relacionado con el dominio que las lenguas habladas ejercen sobre las lenguas de signos. Generalmente, estos alfabetos se inventaron para que las personas sordas pudieran acceder a las lenguas habladas. Hay que tener en cuenta que las lenguas de signos nacen de la naturaleza de las personas sordas, pero los alfabetos dactilológicos no. Cuando empecemos a practicarlo nos daremos cuenta de que las configuraciones de la mano son anatómicamente más complicadas que las configuraciones que utilizamos para hablar en lengua de signos; no debemos olvidar que las configuraciones del alfabeto dactilológico intentan imitar icónicamente las grafías de las letras. Los alfabetos dactilológicos son considerados un subsistema dentro de la propia lengua de signos y no todas las personas lo controlan al mismo nivel. Es por este motivo que debemos signarlo en un espacio neutro entre el pecho y la cara para hacerlo muy visible.

A continuación, podemos ver cada una de las configuraciones de la mano que corresponden a las letras del alfabeto catalán. Veremos que, además, se ha añadido una grafía vecina, la ñ, que comparten el castellano, el euskera y el gallego. Es interesante conocerla por si nos encontramos con la necesidad de signar un nombre que proviene de alguno de estos territorios. Practiquemos una a una las letras del alfabeto dactilológico:

A B C Ç D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z

La dactilologia de la LSC en vídeo

Ahora que ya hemos visto cuáles son las configuraciones, pasaremos a practicar el lugar de articulación que, como hemos dicho antes, debe ser en un espacio neutral entre el pecho y la cara, en un plano medial, es decir, ni muy lejos del cuerpo ni haciendo contacto. Veremos que, a medida que cambiamos de letra, desplazamos ligeramente la mano hacia la derecha (o hacia la izquierda en el caso de que la persona signante sea zurda). De esta manera favorecemos que nuestro interlocutor pueda leer mejor la palabra a medida que descifra las grafías. Veamos, pues, un par de ejemplos y practiquemos este desplazamiento:

CLASE UNIVERSIDAD

Las personas sordas no viven de espaldas a la lengua oral. En la mayoría de los casos crecen en entornos familiares donde la lengua oral es la lengua vehicular y también lo es en las escuelas donde son educadas. Si además tenemos en cuenta que para tener mejores oportunidades en la vida es necesario que conozcan la lengua oral, que es la lengua de la mayoría, se explica el hecho de que las personas sordas sean a la fuerza, y en mayor o menor grado, bilingües y que, consiguientemente, la lengua de signos esté muy influenciada por la lengua oral. En este sentido, el alfabeto dactilológico adquiere un protagonismo que quizá en otras condiciones no tendría. Aún así, normalmente se utiliza en registros más bien formales en los que faltan signos para algunos términos empleados en lengua oral, por ejemplo, en el ámbito médico y otros ámbitos en que predomina una terminología específica. También está presente en el discurso signado cotidiano para designar lugares o personas desconocidas, para aclarar un matiz de una palabra, etc. Siempre depende del contexto, está claro. Sobre la influencia del alfabeto dactilológico en el desarrollo de las lenguas de signos, Josep Quer escribió:

A pesar de tratarse de un sistema de representación indirecta de la lengua oral, el alfabeto dactilológico incide sistemáticamente en el desarrollo del léxico de las lenguas de signos, donde a veces hay signos que incorporan a la configuración de la mano la letra (generalmente inicial) de la palabra oral correspondiente al concepto en cuestión.

Este mecanismo de formación de nuevos signos no es el único y quizá no es el más genuino; sí que es, sin embargo, muy frecuente y recibe el nombre de inicialización. Hay muchos signos que se articulan configurando la mano con la letra del alfabeto dactilológico que se corresponde con la inicial de la palabra equivalente en lengua oral. Veamos algunos ejemplos y practiquémoslos:

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